La Revolución Gloriosa: Un Cambio de Poder en Inglaterra Impulsado por la Lucha por la Libertad Religiosa

El siglo XVII fue un período de agitación y cambio profundo para Inglaterra. Las tensiones políticas, religiosas y sociales se intensificaron, dando lugar a uno de los eventos más significativos en la historia británica: La Revolución Gloriosa de 1688. Este evento trascendental marcó el fin del absolutismo monárquico en Inglaterra y sentó las bases para la monarquía constitucional que persiste hasta hoy.

La Revolución Gloriosa fue desencadenada por una serie de factores, entre ellos la creciente preocupación por las políticas católicas de Jacobo II. A diferencia de sus predecesores, Jacobo II era un ferviente católico y buscaba promover la tolerancia religiosa hacia los católicos en Inglaterra, un país dominado por la Iglesia Anglicana. Esta postura generó una fuerte oposición entre los miembros del Parlamento y la población en general, que temían la pérdida de su libertad religiosa y la instauración de un régimen católico.

En medio de esta creciente tensión política y religiosa, apareció una figura clave: Carlos II, el hermano mayor de Jacobo II. Carlos II había sido un rey popular durante su reinado anterior, conocido por su tolerancia hacia diferentes religiones. Tras la muerte de su padre, Carlos I, en 1649, Carlos II fue exiliado a Francia y no pudo ascender al trono hasta 1660, después de la Restauración Monárquica. Su reinado fue relativamente pacífico, marcado por una política conciliadora que buscaba la estabilidad del país.

Sin embargo, tras su muerte en 1685, Jacobo II ascendió al trono y comenzó a implementar políticas que dividieron profundamente a la nación. La inquietud creció rápidamente entre los miembros de la Iglesia Anglicana y la nobleza protestante, quienes veían con desconfianza las acciones de Jacobo II y temían una posible persecución religiosa.

Ante esta situación, se forjó una alianza secreta entre destacados líderes políticos y religiosos, que incluían a figuras como Guillermo de Orange, príncipe de Orange y yerno de Jacobo II. Guillermo de Orange era un firme defensor del protestantismo y veía con preocupación la creciente influencia católica en Inglaterra.

La alianza conspiró para derrocar a Jacobo II y colocar a Guillermo de Orange en el trono. En noviembre de 1688, Guillermo de Orange desembarcó en Inglaterra con un ejército holandés, contando con el apoyo de diversos grupos políticos y religiosos descontentos con el reinado de Jacobo II.

La respuesta de Jacobo II fue débil e indecisa. Su ejército no estaba preparado para enfrentar a las fuerzas de Guillermo de Orange y la población, en su mayoría, se sumó al bando del príncipe holandés. Ante la falta de apoyo y la posibilidad de una guerra civil, Jacobo II optó por abandonar Inglaterra y refugiarse en Francia, poniendo fin a su reinado.

Guillermo de Orange, acompañado por María II, hija de Jacobo II, ascendió al trono como reyes conjuntos. Esta transición pacífica, conocida como la Revolución Gloriosa, estableció importantes preceptos para el futuro de Inglaterra:

• Aprobación Parlamentaria: La monarquía ya no sería absoluta. El poder del rey y la reina estaría limitado por el Parlamento, quien tendría la responsabilidad de aprobar leyes y controlar los gastos del gobierno.
• Declaración de Derechos: Se creó un documento fundamental que establecía los derechos civiles y políticos de los ciudadanos ingleses, incluyendo la libertad religiosa y el derecho a un juicio justo.

La Revolución Gloriosa fue un evento crucial en la historia de Inglaterra y sentó las bases para la democracia parlamentaria moderna. La monarquía se transformó de absolutista a constitucional, donde el poder del rey o reina estaba limitado por la ley y la voluntad del pueblo, representada por el Parlamento.

Este cambio marcó una era de mayor libertad individual, tolerancia religiosa y participación política. La Revolución Gloriosa fue un faro para otras naciones que buscaban romper con el absolutismo monárquico y establecer sistemas de gobierno más justos y representativos.